Entre
los comandantes más intrépidos y valerosos de la lucha por la independencia
americana en el frente del Alto Perú se encuentra Manuel Ascencio Padilla.
Quien
junto a su esposa, Juana Azurduy, libraron el 4 de Marzo de 1814 la Batalla de
Tarvita enfrentándose a las tropas
realistas de Benito López.
Los
guerrilleros de Padilla y Azurduy tenían
una relación de 5 a 1 en contra y estaban mal armados en comparación con el ejército
godo, se sabía que los realistas estaban bien organizados y eran muy disciplinados,
no sería para nada una tarea fácil. La situación negativa no amedrentaría a los
comandantes norteños. Con el conocimiento que López avanzaba a paso firme hacia Tarvita, entonces
no dudaron en enfrentarlos aun estando en
clara desventaja.
Manuel A. Padilla 1774-1816 |
La táctica
ideada por Padilla era la de emboscarlos en un desfiladero y sacar ventaja del
factor sorpresa. Dos días estuvieron apostados y esperando a los realistas, dos
días en el mismo lugar sin moverse, agazapados, clara muestra, si es que las
hay, de valor y fe en la causa, de plena confianza en sus comandantes. La orden
de Padilla fue clara, “Nadie se mueve hasta que el ultimo godo haya entrado en
el desfiladero”. Y así fue, no volaba una mosca cuando el escuadrón de Padilla
los enfrentó cara a cara y pese a la sorpresa, el ejército de López, bien
entrenado y mejor armado como ya habíamos anunciado, resistió con estoica
disciplina los embates de los defensores del norte. Esto no atemorizó a
Padilla, quien ordenó la retirada y entonces el general López cometería el peor
error que puede cometer un comandante, viendo que su ejército resistió
firmemente y que eran superiores en número, no dudó en ordenar la persecución.
El plan de Padilla llegaba a su punto de no retorno, en cuanto el ultimo
realista entró en el desfiladero, en una perfecta maniobra de pinza los Húsares
de Azurduy atacaron el flanco izquierdo y el escuadrón de Zarate por el
derecho, inmediatamente los guerrilleros de Padilla los volvieron a enfrentar y
el ejército de López, por más que estuvieran mejor entrenados y armados no
pudieron resistir el ataque por tres frentes simultáneamente. Durante dos horas
y media resistieron como pudieron pero fue imposible, entonces Benito López no
tuvo mas alternativa que retroceder acosados por la guerrilla. Se refugiaron en
la casa del cura de Tarvita, una casa grande, de anchas paredes y techo de
paja. Los guerrilleros del Alto Perú rodearon la casa. Podían haber permanecido
esperando que se acabaran los recursos y se rindieran por el hambre y la sed,
pero prefirieron infligir un castigo mayor, el plan era que se rindan
inmediatamente y así obtener un triunfo completo, con el ejército español caído
en batalla, la moral de los realistas sufriría un golpe importante. En un
primer intento atacaron a los hombres de López a campo abierto, descubiertos,
pero al ver que los refugiados bien a cubierto respondían con bravura desde
adentro de la casa y muchos guerrilleros habían caído a merced de las balas de
fusil, se ordenó el alto el fuego. El segundo plan fue incendiar la casa obligándolos
a huir del interior, pero entre la retirada de López, la reorganización del ejército
revolucionario y la persecución, López antes de refugiarse mandó a sus hombres
a cubrir el techo de paja con barro. Entonces Padilla ideó una tercera
alternativa. Este plan era muy arriesgado pero daría resultado. Dio entonces la
orden de mantenerse apostados y a resguardo hasta que él volviera y se
perdió entre los caminos polvorientos de Tarvita. Cuando volvió ni Juana ni sus
hombres entendían bien cuál era el plan ni qué había en el bulto de cuero que traía
al hombro. Habló con sus hombres y les dijo que cuando el subiera al techo
ellos debían disparar a las ventanas de la casa. Enseguida logró colocar una
rustica escalera y trepándose dio la señal y empezó la balacera, con el ruido
de los fusiles de los realistas no se escucharon los golpes que estaban
perforando el techo. López solo ordenada que no dejen de tirar. Una vez que
Padilla logró realizar un boquete suficientemente grande para que la bolsa de
cuero lograra ingresar, la prendió fuego y la tiró, rápidamente cubrió el hueco
con la paja y el barro que había sacado. La bolsa de cuero llena de ajíes
prendida incendiada se convirtió en una bomba de gas lacrimógeno picante que
fue imposible resistir. Entre vómitos, asfixia y lágrimas el ejército de López
no tuvo más alternativa que rendirse mansamente ante los guerrilleros de
Padilla y Azurduy.
Padilla
y Azurduy sufrieron más derrotas de lo que muchos conocen en la guerra por la
independencia de América, tanto así como 4 hijos.
Padilla
siguió luchando en la zona alto peruana, con idas y vueltas, tuvo diferencias
con otros caudillos norteños y con los jefes porteños que no lo apoyaban en su
guerrilla y perjudicaban la defensa de
toda la región.
Fue asesinado
el 14 de septiembre de 1816 junto con todos los guerrilleros apresados tras
caer en la Batalla de La Laguna. El Coronel Aguilera expuso su cabeza en la
plaza de este poblado clavada en una lanza.
El
Gral. Belgrano en honor a sus servicios y sin saber que había sido asesinado lo
ascendió a Coronel, al enterarse le dio el cargo de Teniente Coronel a Juana
Azurduy, aquel Belgrano que no había aceptado toda la ayuda ofrecida por
Padilla antes de la derrota de Ayohuma y que mas tarde le entregara su espada
en reconocimiento de su error.Juana Azurduy |
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